La Casa de Carta, en proceso de renovación para mejorar sus instalaciones

Estas obras, cuya duración estimada es de ocho meses, incluyen la sustitución del vallado exterior y la mejora de la accesibilidad

La sede de Valle de Guerra del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, Casa de Carta, es, desde hace meses, objeto de obras para implementar la seguridad del inmueble y sus espacios, así como la accesibilidad al mismo, todo ello cuidando y adaptando estos trabajos al entorno y a las singularidades de la casa.

La culminación de estas obras constituirá un gran avance para la Casa de Carta. El nuevo cerramiento reforzará las condiciones de seguridad de las instalaciones, al mismo tiempo que resaltará su presencia desde el exterior e incorporará soluciones de accesibilidad que contribuirán al confort del público que visite la instalación.

Este proyecto se está llevando a cabo a través de la empresa contratista Víctor Rodríguez e Hijos S.L., especialistas en remodelación de edificios históricos y singulares, algunos de ellos con calificación BIC. Los profesionales involucrados en estas obras de mejora van desde los proyectistas Javier Pérez-Alcalde Schwartz y Fernando Aguarta García, (arquitectos del Equipo Olivares), hasta el director de obra Javier Pérez-Alcalde Schwartz, pasando por el director de ejecución de obra, José F. Martínez Bermúdez.

Dada la presente ejecución de este proyecto y por razones de seguridad, el acceso a la zona de los jardines y a otros espacios al aire libre permanecerán cerrados hasta que finalicen las obras, lamentando los inconvenientes que se puedan causar al público que visita la casa y agradecemos su comprensión mientras se trabaja para mejorar estas instalaciones.

No obstante, continúan disponibles para visitar las salas de exposición y otros espacios al aire libre como la zona de cultivos históricos (caña de azúcar, cochinilla y algodón) y actuales de exportación (plátanos y tropicales), o de cultivo en invernadero («tipo Canarias»), además de un lagar de tea del siglo XVIII, utilizado en La Orotava hasta la segunda mitad del XX, o la sala dedicada a nuestro alimento representativo, el gofio.