El senderismo vinculado al desarrollo de los territorios por donde transcurren las antiguas vías pedestres se ha convertido en los últimos años en un instrumento para la dinamización socioeconómica y un oportunidad de empleo que favorece el arraigo de la población local”. Así lo sostiene el geógrafo José Juan Cano, autor del libro ‘La red caminera de Tenerife. Revalorización, conservación y articulación territorial’, que ha sido presentado hoy [martes 27]  en el Cabildo.

El presidente accidental de la Corporación insular, Aurelio Abreu, ha destacado que la publicación “forma parte de la voluntad de contribuir a ese esfuerzo de recuperar nuestro patrimonio histórico, de mejorar la gestión, el mantenimiento, la conservación y la protección del conjunto de senderos y caminos tradicionales de la Isla así como de los elementos olvidados que también forman parte de nuestra identidad”.

El acto ha contado también con la intervención del director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo; la consejera insular de Patrimonio Histórico, Josefa Mesa, y el catedrático de la Universidad de La Laguna Ramón Pérez, que se ha encargado de presentar el trabajo de investigación.

Caminos y desarrollo territorial

Esta publicación es parte de una tesis doctoral con mención internacional realizada por el autor para la Universidad de La Laguna sobre la antigua red de caminos y senderos de la Isla, donde analiza la vinculación entre la recuperación de antiguas vías de comunicación y el desarrollo territorial así como su repercusión sobre la población local.

Sólo en senderos y sus variantes, que se basan en el principal sistema europeo, Tenerife cuenta con 439 kilómetros, distribuidos en 64 itinerarios (25 de ellos homologados), según datos referidos al año 2015.

En su trabajo doctoral, titulado “La recuperación de las redes camineras: instrumento para el desarrollo territorial en la isla de Tenerife”, dirigido por los doctores Vicente Zapata y Carmen Rosa Pérez, el geógrafo tinerfeño recomienda mejorar la gestión, el mantenimiento, la conservación y la protección del conjunto de senderos y caminos tradicionales en la Isla, así como los elementos patrimoniales que llevan asociados.

A su juicio, “se debe considerar la recuperación del patrimonio caminero, y, por lo tanto, las actividades senderistas y el estudio de la caminería como un instrumento adecuado para potenciar las estrategias de desarrollo territorial, el turismo alternativo y la recuperación y revalorización de los caminos tradicionales”.

“Debe articularse, por tanto, como un eje estratégico para mejorar la calidad de vida de la población local y un instrumento básico de progreso de nuestra sociedad”, subraya Cano.

En el diagnóstico general de estas ancestrales vías de comunicación, el investigador tinerfeño señala como debilidades “la inexistencia de cooperación intermunicipal y entre colectivos a escala insular para fomentar el conocimiento de los caminos; el deterioro y mal estado de conservación de muchos de ellos” aunque reconoce que desde hace unos años se ha impulsado una mejora en su gestión y conservación desde el Cabildo y los ayuntamientos “aún es insuficiente”.

Como amenazas principales del patrimonio caminero, José Juan Cano apunta al aumento de las zonas de suelo urbano y urbanizable a lo largo del trazado original así como de infraestructuras viarias.

En el lado positivo, Cano subraya “el fortalecimiento de la concienciación ciudadana sobre la conservación y rehabilitación” de  estas vías pedestres; el hecho que estos caminos históricos atraviesen núcleos de población que mantienen un importante patrimonio cultural así como “la permanencia en la memoria colectiva” de estas redes de comunicación, en lo que se considera “patrimonio intangible”.

Este patrimonio cultural que atesora Tenerife presenta una serie de oportunidades y, en este sentido, el geógrafo pone de relieve “la recuperación de rutas seculares en sectores deprimidos”, las acciones para la implicación social sobre la conservación del medio ambiente y de las antiguas redes de comunicación; el incremento de visitantes debido al senderismo y las actividades complementarias; y la posibilidad de incluir los caminos históricos en algunos de sus tramos dentro de una red municipal, comarcal o insular de senderos”.

El municipio con mayor densidad de tramos de caminos -senderos homologados, caminos declarados BIC, senderos accesibles, caminos comunitarios, entre otros- es La Orotava, que incluye el Parque Nacional del Teide, seguido de Granadilla de Abona y Los Realejos. Los que presentan menor presencia de caminos con una gran diversidad tipológica y número son los municipios de Tegueste, Puerto de la Cruz, La Guancha, San Miguel de Abona, Arona y Adeje

Destaca el geógrafo que los bienes de dominio público como los caminos “son inalienables, inembargables e imprescriptibles”, como así establece el Código Civil vigente. Asimismo, apunta que en 2005 se creó por decreto autonómico la Red Canaria de Senderos, con una regulación de las condiciones para la ordenación, homologación y conservación de los senderos en la Comunidad Autónoma.

En su tesis, Cano establece un conjunto de conclusiones y propuestas novedosas y presenta como modelo de estudio a varias rutas tradicionales como son el camino del Hermano Pedro, el Camino Viejo de Candelaria, el Camino de Las Lecheras y la Cañada Lagunera.