El Cabildo, a través del programa de dinamización e intervención social, Ansina, comienza en el mes de julio una actividad de arteterapia que, bajo el título ‘Leyendas de un faro. Rutas de luces’, pretende acercar a las personas mayores de la Isla una nueva visión de estas instalaciones y hacer que fluya su inspiración y trazar con el pincel los colores y formas que les lleven a expresar sus emociones. Así, en grupos de 30, se colocarán por los alrededores y reflejarán, sobre un lienzo, su visión particular de lo que observan.

La consejera de Acción Social, Coromoto Yanes, señala que “esta nueva actividad, que comenzamos en el mes de julio con mucha ilusión, va en la línea de apostar por el envejecimiento activo que potenciamos a través de Ansina. Queremos que nuestros mayores estén bien consigo mismos y que expresen sus con el arte”.

El proyecto arrancará con la visita al Faro de Abona (El Porís, Arico) y continuará con el Semáforo de Anaga (Igueste de San Andrés), La Farola del Mar (Santa Cruz de Tenerife), Faro de la Punta (Punta del Hidalgo) y Faro de Rasca (El Palmar, Arona).

Los faros son infraestructuras que se encargaron de las primeras señales luminosas y sirvieron de guías con su luz a quienes navegaban por el mar. En este sentido, la Isla cuenta con más instalaciones de este tipo, que gestiona la Autoridad Portuaria y que están distribuidas por todo el territorio.

Cada faro es diferente tanto por fuera como por dentro, debido al momento en el que fueron construidos y la mecánica que se utilizaba por aquel entonces. Cada cual tiene su historia y su leyenda y cumplen su misión de dar luz y esperanza, orientar y guiar a los barcos.

El faro de El Porís. Punta de Abona (Arico)

El primero de los faros es el de Punta de Abona (Arico). El faro de El Porís está situado en la costa suroriental de Tenerife, concretamente, entre las poblaciones de Abades y Porís de Abona, en la Punta de Abona. Se caracteriza por ser uno de los siete faros que marcan el litoral de la Isla. Así, se inauguró en 1902 para ayudar en la navegación en la ruta entre Santa Cruz de Tenerife y los puertos occidentales de Canarias. Con el tiempo, esta infraestructura cayó en desuso y finalmente se abandonó en los años 70, cuando se construyó una nueva torre y faro.

El antiguo faro se iluminaba en las noches gracias a un quinqué de petróleo, cuya luz se ampliaba gracias a una óptica de cristal, que giraba sobre sí misma con un mecanismo similar al de un reloj de cuerda, al que había que reactivar cada 8 horas. Un contrapeso que colgaba del interior de la torre, mantenía el mecanismo en movimiento a través de un sistema parecido al que hoy en día hace funcionar a los relojes de cuco. De igual modo, el antiguo faro de Abona tenía su propia ‘firma’ lumínica, que permitía que pudiera ser diferenciado del resto de faros en la oscuridad de la noche. Tres destellos consecutivos y un pequeño apagón cada 17 segundos, avisaban a los marinos y navegantes de que se encontraban frente a las costas de la Punta de Abona.

En 2003 empezaron los trabajos de rehabilitación, que duraron dos años, donde su altura pasó de 6,5 a 39 metros. Toda la zona que rodea al faro se originó por la erupción de un volcán llamado Montaña de la Centinela y tiene un alto valor geológico. En las cercanías se encuentra el Sanatorio de Abades, compuesto por 40 edificaciones que se imponen a la vista. Todas estas edificaciones se construyeron para servir de leprosería.

El Programa Ansina tiene más de 30 años de existencia y se sustenta en cuatro pilares fundamentales: un estilo de vida saludable, sensibilización social, la participación social y el aprendizaje y el ocio. A partir de estos aspectos,  se ha conseguido que los mayores de la Isla mejoren su bienestar físico, psíquico y social. De forma permanente y continuada se llevan a cabo actividades y talleres en los más de 200 centros de mayores en los que Ansina interviene. La dinamización social es la herramienta utilizada por el Cabildo de Tenerife como elemento integrador, con el fin de promover el desarrollo personal y social del colectivo, generando actitudes participativas. Ha sido galardonada, recientemente, con la Medalla de Oro de Canarias 2019.