El vicepresidente y consejero de Medio Ambiente del Cabildo, José Antonio Valbuena, ha dado a conocer hoy [jueves 5] los estudios realizados recientemente por los técnicos del Cabildo de Tenerife que confirman que la actividad desarrollada en la piscifactoría de Aguamansa no puso en riesgo la salud de la población en ningún momento. Según se indica en el informe, el antibiótico recetado para tratar a las truchas, el florfenicol, fue suministrado durante 20 días del mes de julio, a razón de 3,75 gramos de medicamento total al día. Este suministro se realizó bajo prescripción veterinaria a través del pienso con el que se alimentaba, una vez al día, a las poblaciones de peces, de manera que solo los restos no consumidos quedaban disueltos en los 5.184.000 litros de agua al día que pasaban por la planta. Además, se respetó el periodo de supresión necesario del medicamento conforme a los protocolos establecidos, de tal forma que se suspendió la venta de peces mientras fueron medicados.

Valbuena, que estuvo acompañado por los técnicos del servicio forestal, Buenaventura Machado y Tomás Reneses, señaló que los informes concluyen que la concentración máxima del antibiótico (florfenicol) en el agua podía llegar a ser, en el peor de los casos, de 0,72 microgramos por litro de agua, sin que esto supusiese un perjuicio para las personas. En ese sentido, para que una persona notase algún efecto nocivo hubiera tenido que ingerir 833 litros de agua en un día.

El informe técnico señala que el florfenicol es un antibiótico ampliamente usado para tratamientos de enfermedades respiratorias y digestivas de especies animales destinados a consumo humano, entre ellos, los peces y carnes como la de vacuno. Es utilizado de manera genérica en las piscifactorías de toda Europa y EEUU, especialmente en explotaciones de truchas y especies marinas. Se trata de un medicamento legal y permitido por la Agencia Europea del Medicamento para carnes de consumo procedentes de diferentes especies, una vez pasada la cuarentena de seguridad.

Sobre los motivos del cierre decretado por Salud Pública, éste vino derivado de la falta de permisos para verter el agua al canal del norte proveniente de estas instalaciones, no porque se registrara contaminación alguna del agua de consumo.

En cuanto al futuro de la piscifactoría, José Antonio Valbuena señaló que el Centro Forestal de Aguamansa alberga otras instalaciones como un vivero, un centro de trabajo y unas oficinas de atención al público y que existe un anteproyecto para reconvertir la zona de la piscifactoría y destinarla uso didáctico. “Llevamos trabajando desde hace varios meses en las reformas en las instalaciones del Centro Forestal de Aguamansa para replantear su uso y potenciar los usos educativos y recreativos del entorno y adquirir fincas anexas para ampliar este espacio. Del mismo modo, se solicitará al Ayuntamiento de La Orotava el cambio de uso del suelo, a fin de adaptarlo a las nuevas infraestructuras”, explicó Valbuena.