El director de la carrera, Fernando Ordóñez, profundizó en las medidas que se han adoptado hasta convertir a la prueba en un ejemplo de sostenibilidad

La Fred. Olsen Tenerife Bluetrail, organizada por el Cabildo a través de la empresa pública Ideco, protagonizó ayer (jueves, 21 de noviembre) una de las conferencia de la IV Semana de la Montaña de La Laguna, organizada por la Federación Tinerfeña de Montañismo y el Ayuntamiento en el Espacio Cultural Aguere.

El director de la carrera, Fernando Ordóñez, destacó en su intervención los valores medioambientales que convierten a la prueba en un ejemplo de sostenibilidad. “La principal actuación que hemos realizado en este sentido ha sido la modificación de sus recorridos para atender las directrices de los técnicos del Parque Nacional del Teide”, explicó Ordóñez.

Respetar la capacidad de carga de cada uno de los espacios del Parque por los que discurre la prueba y compatibilizarla con la seguridad han sido dos objetivos irrenunciables para la dirección de la carrera, la más alta de España, que desde su nacimiento hace 10 años apostó por limitar el número de participantes para respetar el entorno tan sensible por el que discurre.

Además, según explicó el director de la prueba tinerfeña ante medio centenar de personas, todas las modificaciones realizadas en el recorrido han estado motivadas por la necesidad de salvaguardar espacios de especial protección que podrían sufrir algún tipo de degradación por el paso de los corredores.

Durante la década de vida de la Fred. Olsen Tenerife Bluetrail se han llevado a cabo otras medidas para fomentar la sostenibilidad de la prueba como la instalación de bidones selectivos en los avituallamientos para recoger los desechos producidos por la carrera; bolsas de tela para los corredores; los bastones con punta de goma para atravesar el Parque Nacional del Teide; la exigencia de que los geles y barritas energéticas de los participantes estén identificados con el dorsal ya que si se tiran al suelo supone la descalificación inmediata del participante o la obligación de los corredores a llevar sus propios vasos para no generar desechos, entre otras medidas.

La organización de la prueba sigue también las directrices de la Guía de buenas prácticas para el desarrollo de carreras por montaña en espacios protegidos y, para evitar los desplazamientos individuales, se habilita un transporte colectivo hasta el lugar de la carrera que utilizaron el año pasado más de 1.400 participantes.