El Cabildo mejorará la red de riego de las medianías de Santa Úrsula. El Consejo de Gobierno insular adjudicó recientemente las obras correspondientes a la red de riego en la zona de Pino Alto y La Peredita, una actuación que cuenta con un presupuesto de 511.797 euros y que beneficiará a más de 400 agricultores.

El vicepresidente y consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jesús Morales, explica que esta red abastecerá a unas 193 hectáreas de cultivo, especialmente de viña, y en menor medida otros cultivos como la papa o el millo. “En total, esta red beneficiará a unas 2.522 parcelas en explotación”, indica Morales.

Las obras previstas, que cuentan con un plazo de ejecución de siete meses, consistirán esencialmente en la colocación de 27 ramales a lo largo de la red, de 11.476 metros de longitud.

Inversión

Jesús Morales recuerda que el Cabildo tiene previsto invertir 2,2 millones de euros en mejorar las infraestructuras agrarias y de riego de Santa Úrsula. Además de la mejora de la red de las medianías del municipio, las actuaciones previstas por la Corporación insular incluyen el acondicionamiento de dos caminos agrícolas, concretamente el de La Banderola y el de La Fonseca, ambos con un presupuesto de 250.000 euros. Las obras del primer de ellos comenzarán a finales de año mientras que la segunda actuación se realizará en 2019, una vez que se concluya la redacción del proyecto.

Morales destaca la firme apuesta del Cabildo con el sector primario, “que se traduce en una inversión en  infraestructura rural que este año supera los 4,3 millones de euros, con obras que permitirán facilitar el trabajo de nuestros agricultores a la vez que contribuirán a generar actividad económica y a preservar nuestro paisaje”.

El consejero insular recuerda que una gran parte de la superficie agrícola de Tenerife se abastece mediante regadío. “El Cabildo trabaja en dos líneas de actuación fundamentales para mejorar estas importantes infraestructuras”, detalla Jesús Morales.  “Por un lado, la modernización de regadíos para aumentar la cantidad y calidad del agua regenerada que se pone a disposición de los agricultores y, por otro lado, la mejora de las redes de riego de apoyo o emergencia en las medianías húmedas en la medida en que se puedan liberar caudales en las zonas de costa por el aumento de aguas disponibles, bien regeneradas o desaladas”.