El Cabildo de Tenerife inauguró ayer [miércoles 29] una nueva exposición en Espacio TEA Candelaria, un lugar desde el cual TEA Tenerife Espacio de las Artes presenta y descubre diferentes proyectos expositivos y culturales. Se trata de Limbo, de Juan Carlos Fresnadillo, muestra que se convierte en la segunda de las propuestas que TEA trae hasta este espacio tras Pájaros de Per Lillieström. El director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero; la alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito; el conservador de la Colección de TEA, Isidro Hernández; y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Candelaria, Manuel González, fueron los encargados de inaugurar esta exposición. Limbo ya puede visitarse en este espacio, ubicado en el Espacio Cultural Ayuntamiento Viejo de Candelaria, hasta el 18 de junio, de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

José Luis Rivero destacó que a través de esta nueva exposición el público puede descubrir la pasión que Juan Carlos Fresnadillo -“uno de los cineastas más importantes de la Isla”- siente hacia la fotografía. Y es que recordó que esta muestra, que ya se pudo ver en TEA el pasado año, es la primera que realiza el director de 28 días después y de Esposados. “Quienes visiten Limbo van a poder disfrutar del amor que Fresnadillo siente por la fotografía y tendrán la oportunidad de descubrir sus imágenes, un tanto misteriosas”, apuntó el responsable de Cultura del Cabildo.

Tras mostrar su agradecimiento al Ayuntamiento de Candelaria por su trabajo y colaboración, Rivero aseguró que éste es “un espacio muy querido”, una sede desde la cual el Cabildo de Tenerife trabaja con la intención de descentralizar la cultura y “llevarla donde está la gente”. “En Candelaria hemos encontrado esa pulsión necesaria y un gran interés en este proyecto que posibilita el traslado del patrimonio cultural que tenemos”. “Vamos a seguir colaborando con este ayuntamiento. Estamos muy contentos con el trabajo que realiza el equipo de Cultura del Ayuntamiento de Candelaria”, afirmó el director insular de Cultura. A través de espacios como éste, el Cabildo desea descentralizar la cultura para que la actividad cultural no solo se desarrolle en el área metropolitana sino que ésta pueda circular por toda la Isla y generar nuevos públicos. Esta iniciativa del Área del Cultura se enmarca dentro de la Estrategia Tenerife 2030.

Por su parte, la alcaldesa de Candelaria agradeció las palabras de José Luis Rivero y el hecho de que el Cabildo haya apostado por este municipio para ubicar en él esta sede de TEA. “Se trata de una apuesta importante. Vamos a seguir apostando por estas iniciativas culturales, porque es algo que va a beneficiar a nuestros ciudadanos”, indicó María Concepción Brito quien hizo extensible su agradecimiento al presidente del Cabildo, Carlos Alonso. La alcaldesa, quien destacó además el valor artístico del trabajo fotográfico de Juan Carlos Fresnadillo, remarcó la importancia “de que la cultura se extienda y que de este modo, la gente pueda acceder más y mejor a ella”.

Isidro Hernández detalló que en Limbo -“un proyecto de mucho interés”- Juan Carlos Fresnadillo muestra su “cuaderno de viaje” y lo hace a través de su mirada. Destaca que en sus obras “hay cierta rareza, que poseen sus imágenes un carácter un tanto enigmático y que en ellas nos enseña la vida real pero con un cierto extrañamiento”. “La suya es una mirada muy contemporánea, muy actual”, añadió. Mientras que el concejal de Cultura de Candelaria, Manuel González, mostró su agradecimiento al Cabildo porque hacer que “Candelaria acoja unos de los dos espacio descentralizados de TEA”. Espacio TEA Candelaria -que nació con la intención de promover una actitud creativa entre la ciudadanía del entorno- busca propiciar el debate sobre los procesos culturales, despertar inquietudes y fomentar la creación artística, la reflexión y el pensamiento sobre el mundo en el que vivimos. Tras el acto de inauguración se llevó a cabo un concierto en el que los músicos Tomás Fariña (guitarra) y Tania Fernández (flauta) presentaron su nuevo trabajo, Café.

En esta exposición, organizada a través del Centro de Fotografía Isla de Tenerife, Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967), descubre treinta fotografías en blanco y negro. Esta muestra, que se expuso en TEA Tenerife Espacio de las Artes entre mayo y septiembre del pasado año, sorprende, seduce y atrapa las miradas de quienes se asoman a él. Y es que en las fotografías de Fresnadillo se puede apreciar una trama que va arraigada a su subconsciente desde la infancia: el misterio. En sus escenas, nocturnas en su mayoría, el artista ha capturado el instante preciso en el que los personajes y el entorno parecen enunciar por si mismos sus preguntas. Donde existe luz existen respuestas, todo lo demás es oscuridad.

En esta muestra, Fresnadillo descubre una faceta hasta ahora desconocida para muchos del director que, sin embargo, se reconoce como fotógrafo antes que cineasta. En cada una de estas imágenes, escenas captadas en trece ciudades de cinco países (España, Estados Unidos, Reino Unido, Argentina y Francia), Juan Carlos Fresnadillo enfrenta al espectador a lo que cada una de estas fotografías esconde. Sus fotografías resultan enigmáticas y, amparándose en un blanco y negro, logra centrar la atención del que mira en desvelar lo que las luces muestran. Los sujetos fotografiados por el creador tinerfeño en ciudades como San Francisco, Londres, Santa Cruz de Tenerife, Nueva York o París se funden con el entorno y parece que no desean ser descubiertos pese a estar totalmente expuestos ante la mirada del fotógrafo.

Uno de los rasgos característicos de esta muestra es precisamente relación que se establece entre los personajes y el lugar en sí. Hay en este Limbo escenas variadas en las que se pueden ver desde paisajes urbanos (envueltos por un cierto halo de misterio como en la imagen en la que unos edificios casi fantasmagóricos de Nueva York se funden con el cielo) hasta retratos de sombras o una boda donde los rostros de novios e invitados desaparecen en la penumbra. La playa, el mar, las olas o el agua son otros de los elementos principales de esta muestra en la que no falta un bodegón ni una estampa que invita a nuestra memoria a viajar a un clásico del cine (Los pájaros, de Alfred Hitchock).

Tomadas entre los años 2012 y 2015, en las fotografías de Juan Carlos Fresnadillo la fugacidad casi se puede palpar. Son las suyas fotografías en las que no habitan sonrisas, en las que no hay ni poses ni artificios. Fotografías cotidianas, a pie de calle, donde las escenas -que él eterniza- se desvanecen casi tras el disparo de su cámara. Juego potente de luces y sombras, contrastes que en cierto modo nos trasladan a pinturas barrocas. Accident (Madrid, 2013), Attack (San Francisco, 2013), Moonstrucks (Santa Cruz de Tenerife, 2013), Mother and son (Oregon, 2013), Shadow (Los Ángeles, 2014) o Revelation (Buenos Aires, 2012) son algunas de las obras que construyen este Limbo.

Juan Carlos Fresnadillo es un guionista y director de cine nacido el 5 de diciembre de 1967 en Santa Cruz de Tenerife. Poco antes de cumplir los 20 años, en 1985, se trasladó a Madrid donde además de estudiar Sociología por la Universidad Complutense de Madrid obtuvo la titulación de Fotografía y Cine en la Escuela Superior de Artes y Espectáculos. Fue la época en la que creó su propia productora audiovisual, a la que pondría por nombre Zodiac Films. Con ella alumbraría distintos trabajos publicitarios y, también, sus primeros cortometrajes.

Así, tras participar en el cortometraje El juicio final, dirigido por Gustavo Fuertes, en 1996 decidió debutar como director de pequeñas obras, siendo Esposados su primer trabajo propio. Este corto, con una duración de 25 minutos, recibió hasta cuarenta premios nacionales e internacionales, incluyendo la nominación al Oscar a Mejor Cortometraje de Ficción. El éxito de esta historia le sirvió a Juan Carlos Fresnadillo como trampolín para emprender su primer largometraje: Intacto. Esta cinta obtuvo en 2001 ocho candidaturas a los Premios de la Academia de las Artes Cinematográficas de España y tuvo una gran acogida entre el público y la crítica española.

Después vendría la realización de Psicotaxi y, tras varios años trabajando como realizador publicitario, 28 semanas después, un largometraje que se convertiría el mismo fin de semana de su estreno en la segunda cinta en cartelera más taquillera en Estados Unidos. La buena acogida de esta película permitió la producción de su siguiente trabajo Intruders (2011), protagonizada por Clive Owen y que tuvo un excelente recibimiento por parte del público y la crítica internacional.