El Grupo Antirrumores, integrado en la iniciativa del Cabildo ‘Juntos en la misma dirección’, celebró recientemente en Candelaria la actividad denominada ‘Yincana Intercultural Antirrumores’, a la que asistieron personas con el objetivo de combatir los estereotipos y prejuicios sobre las personas inmigrantes y abordar la diversidad cultural a través de una serie de pruebas y desafíos de carácter lúdico.

En esta actividad, que se lleva a cabo desde el Área insular de Empleo, Comercio, Industria y Desarrollo Económico, con  la colaboración de la Universidad de La Laguna a través del Observatorio de la Inmigración de Tenerife (Obiten), participaron personas de diferentes edades que se dividieron en equipos para hacer pruebas. El fin de este encuentro se centraba en abordar algunas cuestiones relacionadas con las complicaciones que atraviesa una persona inmigrante, las dificultades que puede encontrar en su proceso de integración o los estereotipos y prejuicios con los que, a veces, se etiqueta a los demás sin apenas conocerlos.

Jóvenes participan en otra de las pruebas de la yincana

Jóvenes participan en otra de las pruebas de la yincana

El consejero de Empleo, Comercio, Industria y Desarrollo Económico, Efraín Medina, alabó, una vez más, “la excelente labor que realiza el Grupo Antirrumores, compuesto por personas que dedican su esfuerzo, tiempo y entusiasmo de forma altruista para realizar una labor social tan importante como es combatir los rumores que circulan en nuestra sociedad sobre la población de diferentes orígenes. Es una labor que contribuye a la cohesión social y a la convivencia en una sociedad diversa como es la nuestra”.

Por su parte, el vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna, Francisco García, considera que “una buena convivencia social se tiene que basar en el respeto mutuo y en el conocimiento del que es diferente, por lo que son fundamentales las actividades que tratan de acercarnos a las personas de otras culturas y nos muestran lo que esas culturas han aportado y siguen aportando a nuestra sociedad”.

Una de las personas participantes en este desafío, Alberto Pérez, destaca que le resultó “una experiencia grata que permite mejorar la convivencia intercultural con las diferentes comunidades que conviven en Tenerife. Se combinaba el juego con la pedagogía y el objetivo era combatir actitudes como el racismo. Personalmente, me permitió relacionarme con personas de otros ambientes distintos a los habituales con los que yo me relaciono y conocer y acercarme a otras realidades y comunidades de la Isla”.

Esta actividad, que ha sido diseñada durante meses por las personas que integran el Grupo Antirrumores de Tenerife, constaba de seis pruebas en las que los equipos participantes obtenían como premio diferentes piezas de un puzzle que finalmente tenían que montar para finalizar la gincana.

Tras una dinámica inicial para la formación de los equipos, las personas participantes tenían que visitar, de forma aleatoria, cada una de las carpas en las que, por ejemplo, tenían que realizar un circuito que mostraba algunas de las dificultades a las que se enfrenta una persona que llega a España; hacerse entender por una persona que no entendía su idioma; tratar de desmentir o corroborar algunas afirmaciones habituales sobre las personas de otras procedencias; adivinar aspectos de la vida de varias personas a través de un vídeo de presentación o acertar la procedencia de algunos elementos que, a priori, pueden parecer originarios de nuestra cultura.

Además de trabajar, de forma activa y divertida, cuestiones como la formación de estereotipos y prejuicios sobre la diversidad cultural; la empatía con las personas inmigrantes; la riqueza que aporta la interculturalidad o la necesidad de combatir los rumores y conocernos mejor para una mejor convivencia, esta actividad ponía énfasis en la colaboración mutua y el trabajo en equipo para alcanzar la meta final de la yincana intercultural antirrumores.