La Orquesta Sinfónica de Tenerife participará la próxima semana en el homenaje que se le va a rendir a Santiago Sabina Corona (1893-1966), quien fuera el primer director de esta formación en 1935, bajo de la denominación de Orquesta de Cámara de Canarias. Esta iniciativa, que ha sido promovida por la Tertulia Amigos del 25 de julio con la colaboración del Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Santa Cruz, tendrá lugar el 11 de abril en el Teatro Guimerá, a partir de las 20,00 horas.

El acto comenzará con el descubrimiento de un busto del compositor, realizado por la escultora Ana Lilia Martín Rodríguez, que estará ubicado en el hall del teatro. A continuación se dará lectura a una semblanza del homenajeado, a cargo de Ana María Díaz Pérez, biógrafa de Santiago Sabina Corona (1893-1966) y continuará con el concierto que ofrecerá la Sinfónica de Tenerife en un programa que incluye dos obras capitales de Santiago Sabina, Danza Exótica y Fuga en Re menor, a la que se añade la partitura de Cantos Canarios de Teobaldo Power, de la que el homenajeado llevó a cabo la orquestación de forma inédita.

El consejero de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristóbal de la Rosa, señala que “felicito a la Tertulia Amigos 25 de julio por la iniciativa que ha tenido de homenajear la figura de Santiago Sabina, una persona que amó la cultura y la defendió con pasión en unos tiempos difíciles que, entre otras cosas, ha servido para poner el germen de la Sinfónica de Tenerife, principal referente cultural que actualmente tiene la Isla”.

El presidente de la Tertulia, José Manuel Ledesma, apunta que “fue una integrante de nuestro colectivo, Ana María Díaz, la que nos animó a dedicarle un homenaje a este compositor, que para muchos ciudadanos es un desconocido a pesar de la importancia de su trayectoria” y señaló algunos reconocimientos que se le han dedicado, entre ellos la Medalla de Plata de Santa Cruz de Tenerife y la colocación de su nombre a una calle en la capital. Ledesma agradeció la colaboración que han encontrado en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz para poder desarrollarlo.

Santiago Sabina tuvo sus primeros contactos con la música de la mano de Ricardo Sendra, quien le recomendó entonces que finalizara sus estudios de piano y armonía en Madrid. A pesar de haber mostrado grandes dotes de pianista, pronto cambió su especialización por la de director y en 1910, con solo 17 años, su batuta debutó en el teatro de la Princesa en Valencia.

Este fue el principio de una trayectoria que durante varios años le llevó al podio de distintas compañías de opereta y zarzuela de España hasta que entre 1914 y 1934 emprendió una serie de giras por la Península, Europa, América y Oriente Próximo, una experiencia que le permitió compartir temporada con autores como Vincent d’Indy, Debussy o Ravel.

Pero mientras adquiría experiencia y perspectiva en la labor de dirección orquestal, Santiago Sabina no abandonó su faceta creativa, lo que dio lugar a un amplio catálogo de obras, dos ocupaciones que fueron compartidas, a partir de 1949, con las de profesor y subdirector del Conservatorio de Música y Declamación de Santa Cruz de Tenerife.

Como director y programador durante más de 30 años de la Orquesta de Cámara de Canarias, germen de la actual Sinfónica de Tenerife, se destaca su gran aperturismo –probablemente adquirido durante su estancia en París, donde fue invitado a dirigir ópera– a la hora de apostar por la difusión de una gran variedad de estilos y autores, no solo exclusivamente españoles. Así, el público tinerfeño de aquel entonces podía escuchar tanto piezas de Jesús Guridi, Conrado del Campo, Joaquín Turina o Ruperto Chapí junto a las melodías de Bach, Mozart, Beethoven, Mendelssohn, Debussy o Falla.

Este homenaje a la figura de Santiago Sabina reconoce la figura de un hombre que puso la música en permanente diálogo con la sociedad tinerfeña de su época que, una vez convertido en una de las figuras del panorama español con peso internacional, decidió volver a su tierra para aproximar el sinfonismo europeo a Canarias.